Equivocarse: La Herida Abierta vs. La Cicatriz de Aprendizaje
Todos cometemos errores, pero solo hay dos formas de hacerlo. Una te deja un arrepentimiento que nunca sana. La otra, una cicatriz que es puro aprendizaje. Los años me enseñaron esta máxima de resiliencia personal que me ha llevado a elegir siempre el camino de la autenticidad. Comparto aquí lo que considero la diferencia entre la herida abierta y la cicatriz del crecimiento.
Alejandro Borges
11/12/20253 min read
La Elección del Error
Hola, comunidad de Escritor Resiliente. Hoy quiero compartir una reflexión que, con el tiempo, se ha convertido en una máxima de mi vida: existen solo dos formas de equivocarse.
Cometer errores es inherente al hecho de estar vivo. Pero la diferencia fundamental no está en el error en sí, sino en la manera en que lo cometemos y en la carga que decidimos llevar después.
Lo que comenzó como una simple sospecha, se ha transformado en una convicción: al final, solo tenemos que elegir si ese error nos dejará una herida abierta o una cicatriz de aprendizaje.
1. La Equivocación Convencional: El Falso Alivio
La primera forma de errar es la más común: seguir las tendencias, sugerencias o estadísticas. Es hacer "lo que había que hacer" o tomar la ruta menos arriesgada, la más transitada.
Esta opción nos ofrece un falso alivio. Si fallamos, podemos consolarnos pensando: "Es lo que le pasaría a cualquiera." La sociedad nos absuelve de la "condena pública" porque cumplimos con la norma.
Sin embargo, esta aparente paz tiene un costo enorme: el arrepentimiento. Cuando uno se equivoca por haber dado prioridad a las buenas intenciones de los demás, o a lo que "se supone" que es correcto, el error se transforma en una carga que nos acompañará siempre. De manera inexorable, vuelve la pregunta sin respuesta: "¿Qué habría pasado si hubiese seguido mi instinto?"
Esta forma de equivocarse, haciendo lo esperable, conlleva un alivio momentáneo, pero a lo largo de los años se transforma en una herida que nunca cierra.
2. La Equivocación Auténtica: La Cicatriz del Aprendizaje
La otra forma es ser fieles a nuestro instinto. Seguir a pies juntillas nuestras convicciones más profundas y auténticas. Elegir este camino requiere valentía y, a menudo, nos lleva a ir contra la corriente.
Si nos equivocamos aquí, la condena pública será mayor. Nos lloverán los "te lo dije" y las consecuencias iniciales serán más duras.
Pero, en mi humilde entender, esta es la mejor manera de equivocarse. ¿Por qué?
Ausencia de Arrepentimiento: Jamás nos preguntaremos qué hubiera pasado. Esto nos deja una cicatriz, no una herida abierta.
Crecimiento Inevitable: El error por motu proprio nos da la garantía de transformar el fracaso en una experiencia de aprendizaje.
Será una equivocación con consecuencias, sí, pero con una carga positiva que nos dejará mejor preparados a la hora de tomar futuras decisiones.
Escuchar el Entorno, Decidir con Autenticidad
Este camino de la autenticidad no se trata de actuar por pura intuición o soberbia. Es un proceso elaborado:
Escucha Activa: Debes estar atento a "las estadísticas" y a la gente que te quiere y te aconseja.
Filtro Ético: También debes filtrar las palabras supuestamente bienintencionadas pero alimentadas por la envidia o el celo (los lobos disfrazados de ovejas).
Viaje Interior: Una vez con todos los elementos, haz un profundo viaje introspectivo. Allí, con todos los datos y consejos, debe surgir la decisión que refleje tu posición más profunda y genuina.
La clave es simple: escucha el ruido del entorno, pero tener en cuenta que la decisión final tiene que ser auténticamente tuya.
Reflexión Resiliente Final
No me canso de decirlo: no soy un gurú. Solo un hombre que disfruta compartiendo sus experiencias. Me he equivocado miles de veces.
Mi reflexión final es sencilla: después de decenas de errores cometidos de una y otra manera, desde hace un buen tiempo cuando me equivoco es con autenticidad. Aprendí que las consecuencias me resultan mucho menos dolorosas que las de la otra forma, menos riesgosa, pero que, si falla, te genera una herida abierta para el resto de tus días.
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