Las 4 Categorías de Soñadores: ¿Eres de Cristal, Lírico o Resiliente?

Descubre si eres un Soñador de Cristal, Lírico, Resiliente o Empedernido. Una categorización honesta sobre por qué algunos abandonan la lucha y cómo la Resiliencia es el único camino.

Alejandro Borges

11/29/20255 min read

person behind fog glass
person behind fog glass

Hoy es un día que se podría decir que me abrazó la tristeza. Me topé de frente con esa señora gris, que anda por el mundo repartiendo melancolía y desamparo. No me embistió a mí, pero sí dejó caer su carga plomiza sobre un amigo cercano. Un soñador, que bajó los brazos. Se entregó y decidió abandonar la lucha.

Esta situación me llevó a meditar sobre el tema. De forma caprichosa llegué a la categorización de los soñadores. Desde mi humilde punto de vista, se pueden establecer cuatro tipos:

1.- LOS DE CRISTAL

Estos son los soñadores más endebles. Suelen ser personas de buenos sentimientos. Puras. Sin capacidad de maldad. La prioridad en la inmensa mayoría de sus sueños recae sobre el beneficio de otros y no en el propio. Tienen un grado de dulce ingenuidad que los lleva a creer de manera incondicional en las personas. Se especializan en ver las virtudes de los demás y no reparan en sus defectos. Y si los detectan, hacen la vista gorda. Su infinita bondad les permite tolerarlos y aceptarlos como son.

Esta forma de ser, desde cierto punto de vista tan hermosa y pura, los hace las presas más fáciles de atrapar. ¿Para quiénes? Para los “matasueños”. Personas egoístas, ventajeras, oportunistas. Esos seres que se dedican a alimentarse de las ilusiones de los demás. A través del “cuento del tío” o desde la impunidad del uso de la tecnología y el anonimato. Así les roban a los Soñadores de Cristal desde dinero hasta ideas. Estos devoradores de sueños se quedan con méritos ajenos y tienen como única prioridad su bienestar.

Una vez que la realidad cae con todo su peso sobre los Soñadores de Cristal, como es de esperar, los hace añicos. El dolor, la decepción y el descreimiento, los conduce de forma inexorable a dejar de volar y abandonar sus sueños.

2.- LOS LÍRICOS

Este tipo de soñadores se caracterizan por tener mucha vivacidad. Son inquietos, creativos y comparten sus sueños con el sincero afán de contagiar y compartir con otras personas su prometedora aventura. No son tan ingenuos como los de Cristal, pero su irrefrenable ímpetu los lleva a creer ciegamente en sus emprendimientos. Desde su lógica inteligente, no están preparados para el golpe bajo. La falta de entusiasmo. El desinterés. La ausencia de compromiso. De todas formas, los Líricos tienen una buena carga de resiliencia y luchan por un sueño, luego por otro, y por otro. Van cosechando un camino de desengaños, desplantes y abandono. Llega un momento que se empiezan a apagar como la luz de una vela que va muriendo a medida que se queda sin cebo. Al final, sucumben ante la oscuridad.

3.- LOS RESILIENTES

Estos son soñadores curtidos. Construyen sus quimeras sobre las ruinas de sueños anteriores. Tienen claras “las reglas de juego” de la jungla social. De todas formas tienen una marcada tendencia a creer en las personas y en particular en sus propios sueños. No por vanidad, sino por convencimiento auténtico. Cuando persiguen uno, están preparados para las caídas. Las traiciones. Los imprevistos. Para el cúmulo de obstáculos. Todas esas complicaciones que lejos de verlas como señales que invitan a dejar de soñar, las toman como mensajes que solo servirán para darle más valor y sabor a un sueño hecho realidad.

Los Resilientes son difíciles de derribar. Tienen claro que el porcentaje de sueños concretados siempre tiene las estadísticas en contra. Hay un par de ejemplos que se me vienen a la cabeza en este momento y que me parece oportuno compartir. Sé que lo han dicho muchas personas, pero el otro día se lo escuché decir al ex basquetbolista argentino Manu Ginóbili. Señalaba que en la NBA, si hay dos nombres que sin duda se asocian al éxito, son los de Michael Jordan y Stephen Curry. Jordan jugó 16 temporadas en la NBA y ganó seis anillos (es decir, salió campeón). Queda claro que fueron más las temporadas perdidas que las ganadas.

Curry es el máximo anotador de tripes de la historia. Sin embargo, un estudio demostró que a lo largo de su carrera encestó un porcentaje ínfimo de sus intentos al aro, si tomamos en cuenta los cientos y cientos que lanzó durante los partidos oficiales, las prácticas y el tiempo extra que se queda intentando perfeccionar su técnica.

Podríamos seguir con muchos ejemplos al respecto, pero creo que con estos dos datos queda clara la idea. Estos soñadores, los Resilientes, saben que el éxito se encuentra en las entrañas de una montaña de fracasos. E incluso, son conscientes, que muchas veces los sueños no se alcanzan. Los Resilientes tienen momentos de altibajos. Durante un tiempo abandonarán su lucha. Pero irremediablemente, volverán a intentarlo, porque está en su ADN. Seguirán entregándolo todo sabiendo que, tal vez, y solo tal vez, uno de esos sueños algún día se transforme en realidad.

4.- LOS EMPEDERNIDOS

Son una suerte de locos lindos. Podría decirse que tienen una arista que los contacta con la realidad de la mayoría de los mortales. Sin embargo, ellos, a su manera, son felices. No responden ni a la lógica ni a los resultados. Soñar, es su manera de vivir. No importa lo que pase. No importa el fracaso. No importan las decepciones. Ellos siempre tienen una idea brillante, absurda, loca o delirante, por la cual están peleando. Los Soñadores Empedernidos son incurables. En algunos genera pena. En otros envidia. Pero así viven su vida.

Volviendo al origen de este artículo, este esquema antojadizo que acabo de exponer, se vio cuestionado en mi cabeza. La vida me permitió atestiguar la infame destrucción de muchos Soñadores de Cristal. También vi apagarse con cruel lentitud la luz de varios Soñadores Líricos. Pero lo que presencié pocas veces fue lo que me pasó con este amigo. Un Soñador Resiliente que decidió abandonar la pelea “para siempre”. Se encapsuló y aceptó la derrota total. Me dijo que el mundo no era un lugar lindo y que había decidido aislarse. “Solo yo y mi familia directa. Todo lo demás queda afuera”, sentenció. Allí. Tan cerquita de su centro existencial, construyó un muro gigante. La verdad me dio mucha rabia, porque sus razones eran reales y tenía motivos más que justificados para esa decisión. La última vez que me lo crucé ni siquiera me miró a los ojos. Iba a correr. Como huyendo de la tristeza, pensé, que de todas formas lo perseguía a todos lados pues ahora había tomado el lugar de su sombra.

A pesar del golpe emocional de esta cruda realidad, prefiero suponer que mi antojadiza categorización hace referencia a cada persona en torno a determinado sueño. Me guardo una tibia esperanza para que la situación se revierta. La experiencia y el paso del tiempo —ya lo he visto— muchas veces quiebran cosas que se suponen irrompibles. Por tanto, me guardo la ilusión de que algún día, ese amigo soñador embebido hoy por la tristeza, vuelva a luchar por algún sueño distinto a los que le han destruido. Al fin y al cabo, no puedo cambiar mi condición de Soñador Resiliente.

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🧱 No Construyas el Muro: La Fuerza del Soñador Resiliente

La vida siempre nos ofrecerá motivos para ser un Soñador de Cristal o para construir un muro como el de mi amigo. Pero la resiliencia no es solo un adjetivo; es la fuerza que te permite volver a intentarlo y transformar esa montaña de fracasos en la base de tu éxito.

Si estás decidido a ser un Soñador Resiliente, mi libro ahonda en las historias reales que te darán la convicción y la filosofía para que la tristeza nunca tome el lugar de tu sombra.


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